El hombre es esencialmente un ser social; con mayor razón, se puede decir que es un ser familiar. (Juan Pablo II)

martes, 24 de julio de 2012

UNA LUZ PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL INDIVIDUO

ANÁLISIS DE LOS ARTÍCULOS: “LA ORIENTACIÓN EN EL ÁMBITO EDUCATIVO” DE Ma CARMEN SÁNCHEZ MENDÍAS Y “PERFIL Y CARACTERÍSTICAS DEL ORIENTADOR” DE AMANDA GUTIÉRREZ DE LA UNIVERSIDAD DE CANTABRIA

Loida E. Rodríguez H.                     muscarlois@gmail.com
Miguel T. Muscarneri F.        pastormuscarforte@gmail.com
David A. Castillo S.        davidendogeno@hotmail.com
Carmen G. Crespo V.            grachy_amor@hotmail.com
José H. Contreras               johercop16@hotmail.com
Trino M. Centeno              trinomanuel@hotmail.com
María Luisa Brito               mlba_1626@hotmail.com

Maestrantes en Orientación Educativa

            La tarea de orientar está enmarcada en lo que se refiere a la relación de ayuda entre individuos que, de algún modo han entendido que la necesidad de ser asesorados es permanente, y que tiene el fin de convertirlo en una conducta que al pasar el tiempo sea practicada con normalidad, sin prejuicios y sin intimidación. Esta referencia es, tal vez, la parte más complicada, ya que el mismo ser humano lo hace complicado creyendo que las dimensiones de su situación son de mayor dificultad.
            Según la psicopedagoga Carmen Sánchez Mendías, en su artículo “La Orientación en el Ámbito Educativo” (2005) “…orientar es una actividad dirigida al logro de la maduración de la personalidad de cada individuo y la concreción de su camino de vida”. En tal sentido y entendiendo el proceso educativo como aquel elemento esencial en la vida de cada individuo, la orientación es vital para permitir aflorar el cúmulo de respuestas a las distintas interrogantes e inquietudes que se presentan en situaciones de la vida con el fin de lograr el proceso de maduración; buscando la calidad como elemento básico en el mismo proceso de orientación en la educación particular.
            Por otra parte, la autora piensa que la “finalidad es orientar para la vida” como “un elemento básico para que el proceso educativo sea de calidad”. Ello conlleva a pensar que la orientación debe lograr la realización de cambios en las prácticas curriculares necesarias con el propósito de evitar que las dificultades en el proceso de aprendizaje tomen fuerza en el alumno. Es importante considerar las individualidades reflejadas en las distintas características del contexto donde se desarrollan; buscando considerar las características del medio para crear la estructura curricular que permita lograr un producto de calidad optimo.
            En definitiva es contundente decir que la orientación está íntimamente ligada a la educación, por lo tanto parte de un sistema vital continuo que se extiende a lo largo de la vida del individuo, quien en el tránsito de ese camino va adquiriendo lo indispensable para disfrutar de su existencia; en consecuencia, una persona que ha sido educada adecuadamente tendrá mayores oportunidades y posibilidades de comprender la orientación que necesita como un proceso en el que él es una parte esencial.
            Por su parte Amanda Gutiérrez en su trabajo “Perfil y Características del Orientador” hace una defensa de su labor en la psicopedagogía en consecuencia de las exigencias surgidas en mitos sociales que se afianzaron en la sociedad, mitos bautizados como “la religión del déficit”. En su defensa, que en su generalidad trata del trabajo real del psicopedagogo, expresa que ésta se ocupa del “proceso de aprendizaje y sus dificultades” en el sujeto tratado. Ello conlleva a la autora a reflexionar en los alcances reales de esta profesión; los cuales están referidos al tratamiento del aprendizaje que experimenta el individuo en otros ámbitos diferentes al académico en los cuales se adquieren aprendizajes alternos a los recibidos en una institución educativa; pensamiento muy bien definido en frases como: “aprendemos desde que nacemos hasta que morimos, y no solamente mientras asistimos a una institución educativa,” encontrados en escrito referido a su autoría.
            Además de lo anterior, Amanda Gutiérrez habla en su trabajo acerca de las tendencias en orientación, tema en el cual refleja la evolución del concepto de orientación desde dos perspectivas. La primera de ellas es La Intervención Educativa, la cual está referida a la acción educativa como “un fenómeno universal que ha acompañado al ser humano a lo largo de toda su historia”. Es notorio que esta expresión muestra a los individuos en un constante aprendizaje en cualquier lugar, cultura y medio en el que se encuentre desarrollando su estilo de vida, con el objetivo de optimizar todas sus potencialidades y minimizar sus debilidades.
            El otro ángulo perspectivo de Amanda Gutiérrez, es el Ámbito de la Orientación Sociolaboral, punto de vista dirigido a “situar al ciudadano frente a la tarea laboral en la que la sociedad obtuviera de él un mayor rendimiento y a la vez el usuario obtuviese la mayor satisfacción profesional posible.” Esta visión alejaba a la persona de la preparación formal o educativa, para ubicarlo en un oficio donde el mismo se sintiese a gusto desarrollando sus potencialidades laborales. En esta perspectiva se puede mencionar que en la “función orientadora” hubo un enfoque predominantemente dirigido a la producción en materia laboral, insertando al trabajo según su experiencia empírica y menos predominante en el área de formación del individuo en términos formales.
            En el muy completo trabajo de Amanda Gutiérrez, se encuentran también los objetivos educativos de la orientación en el sistema de educacional. La orientación enmarcada en el proceso educativo debe cumplir un rol de participación funcional para el  desarrollo de las múltiples posibilidades que da el abanico de necesidades; concretando entre estas, la capacitación para nuevas oportunidades relacionadas con la promoción del desarrollo integral de la persona y la personalización de los procesos educativos, todo con el propósito de incentivar “la diversidad y orientación académica y profesional”.
            Ensamblando lo que piensa Amanda Gutiérrez, el orientador debe ser un individuo íntegro capaz de visualizar las distintas situaciones que se presentan en el medio donde interactúa para presentar alternativas de acuerdo a su competencia profesional, la cual está orientada a “asesorar, tutorar, apoyar en situaciones de toma de decisiones, resolución de problemas y proyectos de actualización profesional, investigación o innovación en entornos de aprendizaje”.
            Finalmente el material analizado, escrito por Amanda Gutiérrez y cuyo enfoque está realizado en base a la situación de España, es muy claro en ofrecer funciones o roles enmarcados dentro de un código de ética adaptado precisamente a tal situación. Según la autora un código de ética, llamado en su trabajo “código deontológico”, es “un documento que recoge un conjunto más o menos amplio de criterios, normas y valores que formulan y asumen quienes llevan a cabo una actividad profesional. Los códigos deontológicos se ocupan de los aspectos más sustanciales y fundamentales del ejercicio de la profesión que regulan.” En consecuencia cada profesión y cada país, conforme a las leyes establecidas en los mismos, formará su propio código de ética de acuerdo a su situación laboral particular que se adapte a una solución viable en el mejoramiento de su formación.
            En el caso particular de la Orientación en Venezuela se cuenta con un código de ética presentado por el grupo de profesionales de la orientación pertenecientes a la Federación de Asociaciones Venezolanas de Orientadores (FAVO) y aprobada el 15 de junio de 2001; cuyo norte está dirigido en establecer las bases para la regulación de la actuación profesional de la orientación, garantizando la eficiencia, eficacia, ética y efectividad del orientador.

No hay comentarios:

Publicar un comentario