INTERACCIÓN,
SOCIALIZACIÓN, DESARROLLO PSICOLÓGICO y COMUNICACIÓN INTERSUBJETIVA COMO HERRAMIENTAS
PARA GARANTIZAR EL ESTABLECIMIENTO DE RELACIONES INTERPERSONALES EMPÁTICAS.
MAESTRANTES
Barrios Rudy.
Castillo Yasmin.
Gómez Alexandra.
Hernández Yusmary.
Farías Marianela.
Querales Lisbeth.
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CORREOS
brudy_gri@hotmail.com
yasmincas_15@hotmail.com
alexcarolinamia@hotmail.com
yuriyusmari@hotmail.com
marianelafariasm@hotmail.com
lisbethqueralesc@hotmail.com
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ANÁLISIS Y APORTES
Desde el principio de los tiempos se ha
conocido que el ser humano no ha estado sólo, se mantiene vigente la necesidad
de actos comunicativos que permitan al mismo relacionarse, tales como;
interacción, socialización y comunicación. La interacción permitirá la
exploración y contacto con todos los elementos presentes en el entorno; la
socialización incrementará la capacidad
del individuo para relacionarse con sus semejantes, al mismo tiempo, que se va
interiorizando normas sociales de una determinada cultura; y la comunicación,
cuando es efectiva, garantiza mejor comprensión de los mensajes que se emiten o
reciben durante los actos antes nombrados, estableciendo una dinámica
comunicativa realimentadora que asegura la construcción de aprendizajes que
contribuyen en el desarrollo integral y el establecimiento de relaciones interpersonales efectivas por parte
del mismo.
Reafirmando esta idea Schütz. (2003), explica:
Al parecer, toda comunicación
posible presupone una relación de mutua sintonización entre el emisor y el receptor de la comunicación. Esta relación se
establece por el recíproco compartir el flujo de experiencias del otro en el
tiempo interior, el hecho de vivir juntos un presente vívido, y la experiencia
de esto como un nosotros. Sólo dentro de esta experiencia el comportamiento del
otro adquiere sentido para el copartícipe sintonizado con él, es decir que el
cuerpo del otro y sus movimientos pueden ser y son interpretados como un campo
de expresión de hechos dentro de su vida interior”.(p. 169).
Interpretando las ideas de este autor, se
puede decir que cuando se es capaz de ponerse en el lugar del otro
interlocutor, se puede establecer un contacto comunicativo que supera el simple
intercambio de ideas, para pasar a un nivel de máxima comprensión entre los
involucrados, generando una comunicación intersubjetiva que permite entender
los estados subjetivos del otro. Esto exige el uso de la escucha empática como
medio para concebir lo que el otro desea comunicar y siente ante la información
que emite.
Los
actos comunicativos que se establezcan desde el inicio de la existencia por
parte del ser humano serán trascendentales para el adecuado desenvolvimiento, equilibrio
psicológico, crecimiento personal y la conformación de relaciones interpersonales
positivas por parte de éste. En función de clarificar lo expresado, es preciso
tomar partida en la evolución del ser, explicándose que el primer contacto con
el mundo que tiene un individuo, es aportado por la madre, la cual sirve de
canal de comunicación para que la criatura pueda percibir información del exterior.
Posteriormente al nacer, gracias a los cuidados maternos, a las ejercitaciones
de los reflejos y los ensayos motrices, el infante comienza a explorar el mundo
que lo rodea, desenvolviéndose así, en
un ambiente cargado de oportunidades de aprendizajes que serán
fundamentales para el desarrollo de habilidades, destrezas y capacidades físicas, cognitivas, psicológicas,
socioemocionales y lingüísticas que repercutirán notoriamente en el adecuado
desenvolvimiento, formación y desarrollo de éste, considerándose un ser social.
Como se expuso anteriormente, a medida que
se logra mayor coordinación motriz, aumenta el deseo por parte del pequeño ser,
de explorar el entorno, lo cual conduce al mismo, a manifestar mayor autonomía ante la
realización de diferentes actividades, prescindiendo así, de la ayuda del adulto ante la ejecución de
determinadas acciones. El acierto o falla que se experimente ante la
realización de una actividad, será relevante para que el individuo pueda
mantener esa independencia y logre reconocer las habilidades, destrezas,
debilidades o limitaciones que posee ante la ejecución de las mismas. Es a
partir de este reconocimiento, que se inicia el desarrollo de una percepción propia sobre el potencial con
el que se cuenta, el cual es denominado autoconcepto. La identificación del
potencial propio y las socializaciones con pares e iguales, dentro o fuera del
núcleo familiar, contribuirán en el desarrollo de la autoestima, que hace
referencia al aprecio y valoración propia, que le permite al individuo
aceptarse y amarse tal como es, es por ello, que si una persona crece en un
ambiente caracterizado por la comunicación intersubjetiva efectiva, la práctica
de valores morales, sin limitaciones que obstaculicen el desarrollo de éste,
sintiéndose amado y aceptado, se estará contribuyendo en el afianzamiento de
una personalidad sana y el establecimiento de relaciones interpersonales
fluidas, respetuosas y empáticas por
parte del mismo.
Otro componente crucial en el desarrollo
psicológico que permite al individuo relacionarse positivamente con los
semejantes, es la capacidad del autocontrol, el cual Farré, J. (2000), define
como: “Capacidad del individuo para controlar su conducta mediante el
autoesfuerzo y el dominio de las emociones con objeto de lograr un fin”. (p.
25). Ciertamente, esta capacidad hace referencia al manejo efectivo de las
emociones para lograr un objetivo determinado y considerando que todo ser tiene
necesidad de establecer relaciones con los semejante, se requiere del control
absoluto por parte de la persona sobre sí misma, para dominar conductas
impulsivas, que puedan atentar contra dichas relaciones, o que desfavorezcan la
internalización y acatamiento de normas, al igual, que la práctica de valores
morales, que garantizan la adecuada
inserción social.
Para concluir, se puede decir que las relaciones interpersonales se
corresponden con el desarrollo psicológico y la percepción que posea la persona de los significados del
mundo, a través de la interpretación y distintas formas de comunicación que se
hayan aprendido desde la infancia. Es de entenderse, que socializar en un mundo
globalizado como el de hoy, implica tener en cuenta el efecto que puede ocasionar lo que se
quiere expresar, lo cual exige, la
consideración de adecuar el tipo de lenguaje que se va a utilizar, midiendo la
intencionalidad del mensaje, dando lugar
a los valores que caracterizan a cada persona o grupo, para no menoscabar los
principios y costumbres de éstos, solo así, se podrá formar vínculos o
contactos comunicativos intersubjetivos cargados de empatía y respeto hacia los
semejantes.
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