El hombre es esencialmente un ser social; con mayor razón, se puede decir que es un ser familiar. (Juan Pablo II)

jueves, 9 de agosto de 2012

La Interactuación Humana



Loida E. Rodríguez H.                     muscarlois@gmail.com
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Maestrantes en Orientación Educativa
ANÁLISIS DEL ARTÍCULO INTERSUBJETIVIDAD, COMUNICACIÓN E INTERACCIÓN. LOS APORTES DE ALFRED SCHÜTZ A LA COMUNICOLOGÍA. 
POR MARTA RIZO.
            La relación entre personas es uno de los valores sociales más utilizados por la humanidad entera; es también llamada interacción y vista como la relación entre individuos que proporcionan un ambiente significativo en las actividades comunes de la vida, dando paso al concepto de intersubjetividad, como el elemento sobre el cual descansa toda comunicación interactiva en la que participan dos sujetos distintos. Es decir, la intersubjetividad está ligada al desarrollo humano creando lazos y condiciones relacionales significativas entre personas que interactúan con intereses sociales propios del sentido común de satisfacción personal mutua.
            Consecuentemente se puede decir que las relaciones interpersonales se dan en la cotidianidad de la vida, en situaciones reales comunes no programadas, como también en situaciones programadas con el fin lograr la intervención de acciones que liguen a los individuos en metas y actividades de interés y participación mutua. Interpretando lo que Schutz expresa; es notable que las relaciones interpersonales son una necesidad humana que se manifiesta a través de un conjunto de eventos sociales realizados con el fin demostrar el sentido común que marca la vida racional de vivir y hacer que otros compartan la vida con sus semejantes produciendo influencia mutua.
            De allí, lo importante de que cada individuo tenga una auto valoración enmarcada en los parámetros de estimación positiva de su persona, con el fin de ubicarse particularmente en su entorno, desde donde sitúa su experiencia personal para asumir su realidad en el mismo, le da significado a esa experiencia y reconoce el valor que tiene como persona; eso significa que el individuo posee un depósito de experiencias acumuladas que son recuperadas en los nuevos momentos experienciales posteriores, que a su vez le dará una nueva visión personal de sí mismo.
            Por otra parte, los individuos también interactúan enfocados en la representación de conductas ficticias de la vida cotidiana ante los demás. En relación a ello Erving Goffman (1922-1982) en su modelo de enfoque dramático o análisis dramatúrgico de la vida cotidiana, introduce y “conceptualiza el término ritual al que integra como parte constitutiva de la vida del ser humano, afirmando que la vida cotidiana está conformada por rituales que ordenan nuestros actos y gestos corporales. En este orden de ideas los rituales aparecen como cultura encarnada, interiorizada, cuya expresión es el dominio del gesto, de la manifestación de emociones y la capacidad para presentar actuaciones convincentes ante otros. De acuerdo a esto las personas actúan a través de una máscara expresiva, una cara social que le ha sido prestada  y atribuida por la sociedad, y que le será retirada si no se conduce del modo que resulte digno de ella.”
            Interpretando las palabras de Goffman, se puede inferir que término ritual conceptualizado por él, es en su esencia el autocontrol de conductas que exhibe el ser humano ante sus semejantes en su interacción con los mismos;  pues aparte de ser un complejo de símbolos que transmite información significativa, es a su vez un código de conducta que produce en el individuo la obligatoriedad y asimilación de posturas corporales y conductuales propias de cada cultura. Se entiende entonces que, en oportunidades los individuos actúan presionados por el medio en contraposición a la autonomía que debe regir a los sujetos. En vez de ello, la autonomía debiera ser la condición humana que impulsa al ser a actuar acorde a sus principios y valores morales y psicológicos.
            Cabe agregar que la autonomía va a caracterizar la personalidad, la cual se refiere a aquellos aspectos que distinguen a un individuo de cualquier otro, y en este sentido la personalidad es característica de una persona, esta  persiste a través del tiempo y de las situaciones, es algo único de cada individuo, y es lo que nos caracteriza como entes independientes y diferentes. Se establece en el individuo como el patrón de pensamientos, sentimientos y conducta que presenta una persona y que persiste a lo largo de toda su vida, a través de diferentes situaciones. Sigmund Freud, es el más influyente teórico de la personalidad, este abrió una nueva dirección para estudiar el comportamiento humano. Los rasgos o atributos generales que componen la personalidad del individuo, puede clasificarse en cuatro tipos: Físicos, Emotivos, Intelectuales y Sociales. En los Físicos están considerados los aspectos corporales externos que distinguen a la persona y le dan cierta apariencia personal (constitución física, expresión del rostro, forma de vestir, entre otros). En los Emotivos se contemplan todas las formas de reacción que el individuo presenta ante las circunstancias de la vida y su actitud para solucionarlas adecuadamente. En los intelectuales se comprenden el sentido común, el razonamiento, la cordura, el conocimiento, la reflexión y todos los procesos afectivos que la persona pone en marcha para exteriorizar sus ideas razonablemente. En los Sociales se incluyen las cualidades sociales de la persona (comportamiento con los demás, costumbres, hábitos y convencionalismo en las relaciones interpersonales).

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